miércoles, 24 de junio de 2020

TAREA DE INTROSPECCIÓN

ACTIVIDAD DE INTROSPECCIÓN

A lo largo de un día son varias las clases en las que entro para enseñar, no con todas sigo la misma metodología, a veces me pregunto por qué. ¿Están los alumnos preparados para trabajar por proyectos?, forma parte de una de mis reflexiones, lo  que si que observo es que cuanto más alto es el nivel, aunque aparentemente los alumnos son más maduros para aprender, no siempre están dispuestos a trabajar por proyectos.
Aún así cada vez que salgo de dar clase con un grupo, durante el trayecto que debo seguir hacia otra clase o hacía mi departamento siempre reflexiono sobre todo lo que ha pasado, lo que ha funcionado, lo que no, y qué debo cambiar en la siguiente clase y esto es así con todos los grupos pero aún más cuando trabajo por proyectos. 
En la evaluación de mis alumnos siempre suelo hacer una evaluación inicial para detectar los conocimientos previos, esta evaluación no consiste en hacerles un examen a principio de curso sino que presento alguna actividad lúdica de vocabulario como crucigramas, sopas de letras y con  la información que obtengo voy preguntando sobre qué les gustaría aprender, sobre cuales son sus intereses que además me servirán para enfocar los contenidos a trabajar.
En cuanto a las estrategias de evaluación son muy diversas, si trabajo por proyectos utilizo sus diarios de aprendizaje, es decir, después de cada clase deben hacer una breve reseña de lo que han aprendido.  Como trabajo en grupos cooperativos recurro a la coevaluación, suelo utilizar una diana de coevaluación de trabajo en grupo. Además utilizo rúbricas para que  autoevalúen su diario de aprendizaje. Si hacen una exposición oral, o se graban en vídeo  previamente les he proporcionado una rúbrica para que tengan claro como voy a evaluar, igualmente si tienen que hacer algún artefacto como folletos o posters. He de decir que a los alumnos y bajo mi experiencia no les gusta coevaluar, piensan que si su nota no es buena es por culpa de sus compañeros, es otra cuestión sobre la que podríamos debatir, es decir, enseñar a ser objetivos y olvidarnos de los amiguismos. 
Para mi es muy importante la evaluación formativa, mi planificación siempre tiene en cuenta el nivel de comprensión y de conocimientos para el diseño de las actividades. Pero por otro lado y como estoy haciendo una introspección también recurro a la evaluación sumativa, no siempre es fácil demostrar a las familias que se puede aprender por proyectos y evaluar con rúbricas, ya que impera el clasismo a la hora de evaluar, exámenes para  poder calificar es el último recurso.
Como ya he comentado trabajo por proyectos y también utilizo metodología magistral, instructiva, yo me siento más cómoda trabajando por proyectos ya que es la mejor manera de evaluar todas las competencias clave si utilizas diferentes estrategias de evaluación, y digo todas, matemática, lingüística oral y escrita, aprender a emprender, aprender a aprender, competencia digital, social y ciudadana.  
Os dejo una diana de autoevaluación y coevaluación que diseñé el año pasado para evaluar el trabajo en equipo.


En un plano más general en el centro, en mi centro, quienes evalúan son los docentes existe muy poca cultura de coevaluación, autoevaluación o heteroevaluación. La mayoría aplica una evaluación sumativa, exámenes, dos o tres por trimestre para después calificar, es la cultura imperante. En general y siguiendo con lo dicho impera la evaluación de contenidos, cuanto saben de alguna cosa, pero hay algunas asignaturas más prácticas en las, como tecnología, música e informática donde la evaluación es de saber y de saber hacer. Por supuesto no existe cultura de que el profesor evalúe su práctica docente, eso si es un ejercicio de introspección.
La  gran mayoría de profesores, en comentarios que se hacen, evalúan por temas, la razón que se suele poner es que así no se les acumulan los contenidos, y señalo contenidos porque a pesar de que debemos evaluar competencias seguimos evaluando contendidos, como si acumular contenidos en la memoria fuera posible para la gran mayoría de alumnos. En términos generales la tendencia mayoritaria es la de evaluar con exámenes, exámenes que no se cambian y  que forman parte de nuestras carpetas durante muchos, muchos años, hasta que algún alumno se los copia y entonces nos proponemos que hay que cambiarlos ya que no nos parece muy ético que los alumnos se copien. La mayoría de exámenes son escritos, creo que se hacen muy pocos exámenes orales por falta de tiempo, y es que un examen escrito nos permite evaluar en 1 hora a 30 alumnos y un examen oral, si empleamos 15 minutos por alumno, serían 7,5h, vamos,¡imposible! así que se acaba haciendo aquello que sea  más productivo en el tiempo disponible. Por otro lado evaluar con rúbricas o portafolios u otros mecanismos al principio no resulta fácil si el profesorado no tiene claro que quiere evaluar,  por supuesto, siempre competencias.
Y como resumen, evaluar es un acto tan importante que también debemos formarnos para ello.

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